Es el trastorno que se origina después de haber observado o experimentado un hecho traumático como la  muerte de un familiar, situaciones de guerra, un secuestro, un accidente grave o mortal, violencia doméstica, catástrofes naturales…

Síntomas

El síndrome puede aparecer incluso años después del trauma. Los síntomas pueden ser:

  • Imágenes constantes del suceso, pesadillas repetitivas
  • Sentirse como si nada le importara, no poder recordar aspectos importantes del suceso, evitar cualquier cosa que pueda recordarlo.
  • Sobresaltarse fácilmente, ataques de ira, dificultad de concentración.
  • Sentimientos negativos, culpa del sobreviviente, agitación, dolor de cabeza, palpitaciones, sudoraciones
  • Ansiedad extrema al tomar contacto con cualquier hecho que recuerde el trauma.
  • Jaime sufre de trastorno post-traumático. Un año antes sufrió un accidente de coche en el cual murieron su mujer y su hija. La responsabilidad del accidente no fue suya, un autobús se cruzó en la calzada. Todas las noches le asalta la misma pesadilla, se despierta muy angustiado. Ha perdido todo interés en su vida, vive como un autómata. Siente una gran culpa por ser él el único superviviente. En más de una ocasión se ha sentido tentado al suicidio.

Causas

No todas las personas que sufren una situación traumática desarrollan el trastorno. La reacción a una situación extrema depende mucho de la personalidad de la persona  y de sus recursos para afrontar los traumas, de la situación  concreta que esté atravesando en ese momento de su vida, de  si ha sufrido o no otros traumas en el pasado y del tejido familiar y social que pueda apoyarle.

Las personas que reciben apoyo psicológico  inmediatamente después de sufrir el trauma reducen la probabilidad de desarrollar el trastorno.

Tratamiento.

Aunque los hechos traumáticos nos pueden ocasionar ansiedad, no significa que vayamos a sufrir  un trastorno. Nos ayudará poder hablar de nuestros sentimientos con familiares y amigos. Si los síntomas no mejoran, debemos consultar con un  psicólogo. El psicólogo nos hará un examen y un diagnóstico.

El profesional de la salud abordará el problema aplicando la terapia o terapias más recomendables.

Terapia cognitivo-conductual, terapia de desensibilización. Durante el tratamiento, se nos anima a recordar el hecho traumático y a expresar nuestras  emociones y verbalizar nuestros sentimientos. Con el tiempo, los recuerdos se vuelven menos aterradores.

Técnicas de relajación, nos ayudan a manejar la ansiedad.

Terapias de grupo  donde las personas comparten experiencias similares.

Terapia familiar, todos los miembros de la familia están implicados en la resolución del trastorno.

El manejo farmacológico dependerá de los síntomas pero será importante compaginarlos con psicoterapia. Hay que tener en cuenta los efectos secundarios de los fármacos.

Siguiendo el caso de Jaime, éste logró superar el trastorno al cabo de algún tiempo de psicoterapia cognitivo-conductual y terapia de grupo. Llegó a aceptar el hecho de la pérdida y aprendió a vivir en paz consigo mismo. La familia jugó un rol imprescindible en su recuperación.